Escucho.
Comprendo.
Juzgo.
Callo.
A veces grito.
Reconozco que no soy ni la primera ni la más especial, que tampoco seré la última. Me vibran en la sangre las mujeres que me precedieron, que me engendraron, que me hicieron esto que soy. Me doblo, sufro, me resigno, pero también me levanto, resisto, me rebelo como ellas y contra ellas. Llevo en mis células lo que fueron y lo que son, lucho en su contra y me arraigo en su ser porque no hay manera de formar mi identidad desprendiéndome de las suyas. Soy una continua bifurcación de las mujeres que llegaron antes de mí.
Me hago nido, refugio.
Acompaño.
Sostengo.
Me dejo sostener.
Pertenezco a un género que no teme mostrarse vulnerable y al mismo tiempo niego constantemente esa esencia colocando sobre mí todas las corazas. Al final fracaso todas las veces porque la herencia es más fuerte y sólo hace falta un corazón que toque el mío para resquebrajar mis paredes y que por mis grietas salgan miedos y angustias y entre luz.
Agradezco que haya en mi vida mujeres con ese poder de desatar mis fantasmas.
Engendro.
Crezco.
Maldigo.
Me enojo.
Me deshago.
Me rindo.
El mundo me engulle y dejo que entre por mis poros más polvo del que puedo soportar, creyendo que quizás esta vez sí pueda resistirlo. Como todo en la Naturaleza, me adapto al cambio y cuando no puedo hacerlo muero y renazco y vuelvo a morir mil muertes para volver a nacer todas las veces.
Soy un ser en constante transformación.
Algunas veces (tan sólo algunas) me hago más fuerte.
Me duele el mundo.
Me duelo.
Me escondo.
Lloro.
El dolor de los mundos internos y externos se me hace nudo en la garganta y siento que me ahogo. Sublimo sueños en arte y vuelvo letras mis frustraciones para vivir. Espero demasiado de los demás y de mí misma, pero sólo hay cierta cantidad de decepciones que uno puede soportar, entonces libero de cargos al resto y espero mucho más de mí misma.
Casi siempre fallo.
A veces me perdono.
Me encapricho.
Me emparcho.
Le busco la vuelta.
Construyo.
Sano.
Sueño.
Me animo.
Juego.
Río.
Seduzco.
Me dejo seducir,
Pruebo.
Me arrepiento.
Me quedo.
Intento.
Te abrazo.
Temo.
A veces lo admito.
En el fondo, no sé ser más que mujer.
1 comentario:
Esto está muy bien! "Soy una continua bifurcación de las mujeres que llegaron antes que yo."
Besos van
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