lunes, 27 de julio de 2015

No sé

Deja tu miedo atrás. - Pinterest


¿Qué harías si supieras que puedes lograr cualquier cosa?

Formulada de diferentes maneras, ésta es la pregunta con la que arracan un montón de cursos, textos y charlas sobre motivación y éxito. 

A mi me lo preguntaron. Y dije: "no sé". Como me tienen mucha, mucha (mucha) paciencia y por sobre todo porque me quieren y saben que cuando me empaco puedo ser difícil y bastante cuadrada y dura de roer, lo intentaron de otras maneras. Cuáles son tus sueños, qué es lo que querés, qué te ves haciendo, por qué hacés lo que hacés y elegís lo que elegís, a dónde querés llegar. Como seguía contestando "no sé" intentaron ser más específicos: por qué bailás, por qué escribís, por qué aceptaste el trabajo que aceptaste, por qué no aceptaste tal otro. Y después de cada pregunta me daban unos instantes para pensar. Y como a mí me parecía demasiado infantil volver a respondí "no sé" y exasperar a quién estaba hablando conmigo, como pude (como me animé) (como quise) respondí, cada respuesta un suplicio, porque de verdad me cuesta hablar de ciertas cosas.

Y al final de una charla con muchas sacudidas, muchas lágrimas y un montón de palabras lindas me dijeron algo que no me voy a olvidar nunca: 

"Tu única respuesta no puede ser 'no sé'.
No podés tener miedo a soñar y a conseguir lo que soñás"

Por eso vengo a decirme algo bien clarito para no olvidármelo nunca, porque escribir siempre hizo que retenga más las cosas y porque tatuármelo sería demasiado largo. Es para mí pero también para todas esas personitas que conozco y para esas otras que cayeron acá por casualidad y que necesitan leerlo, escucharlo y grabárselo en la cabeza. Porque somos un club muy numeroso, ese de gente que siente que anda perdida por la vida.

Sería algo así:


Animate a soñar, animate a creer que podés y, por sobre todas las cosas, animate a poder. El miedo te protege en algunas ocasiones, pero la mayoría de las veces sólo te impide llegar a esos lugares donde te esperan todas las alegrías y todas las satisfacciones.
Te vas a dar la cabeza contra la pared y te vas a caer un montón de veces pero eso está bien, nadie aprende a caminar sino caminando y cayendo y volviendo a caminar. Las mejores cosas se encuentran en esos lugares donde no te animás a ir. Y sí, hay trabas por todas partes pero las más grandes y difíciles de mover o de sortear te las ponés vos. ¿Suena ridículo, cierto?
Perdé el miedo a poder, perdé el miedo a ser lo suficientemente buena, perdé el miedo a avanzar, perdé el miedo a la mirada del otro. Sobre todo, perdé el miedo a tu propia mirada y no te juzgues antes de haberlo intentado. Y después de intentarlo, si podés, aprendé y tampoco te juzgues. Sos mucho más de lo que pensás que sos, podés mucho más de lo que creés que podés y tenés mucho más para dar de lo que considerás que tenés. 
Intentá, al menos cada tanto, verte con los ojos con los que te ven las personas que más te quieren y más te valoran. Aunque sea de a ratos, creétela; no en el sentido de la soberbia sino en el sentido de confiar en tus posibilidades. Tu esencia es mucho más fuerte que esa coraza de incertidumbres en las que te refugiás (¿de qué?) para salir al mundo. 
Animate a soñar, y soñá en grande. Que tu única respuesta no sea "no sé" porque en el fondo sí sabés. Animate a escuchar esas respuestas y a actuar en consecuencia. Lo peor que puede pasar es que te equivoques. Pero la peor equivocación es no haberlo intentado, y encima por las peor razón: por tener miedo a lograrlo.

Sólo se vive una vez, pero si lo haces bien,  una vez puede ser suficiente.

Sí, yo puedo - Pinterest