lunes, 16 de febrero de 2015

Determinación



Cuando no estoy con gente que quiero, estudiando, trabajando o mirando series, generalmente leo. Lo que encuentro, desde la revista del banco hasta las noticias de Yahoo, el libro que haya arriba de mi mesita de luz, poemas de algún autor que me haya generado curiosidad en Internet. Leo casi todo, hasta el diario, aunque por voluntad propia haya decidido que el diario es más lo que desinforma que lo que informa y que para amargarme la vida hay mejores maneras... Cuestión que el otro día abrí una Revista Nueva en una página cualquiera (me gusta la aleatoriedad de las cosas, a veces) y me encontré con una nota que hablaba sobre la determinación

Leer esa nota me hizo ponerme a pensar en mí y en mi modo de comportarme frente a los nuevos proyectos o a las ideas que se me ocurren. Soy un caos, siempre lo fui. En los últimos 10 años (o un poquito más incluso) recuerdo haber tenido muchos propósitos, empezado muchos proyectos y proponerme un montón de metas más pequeñas o más grandes para perseverar en mis ideas. Por citar algunas cosas que han pasado por mi lista de ideas/metas/proyectos, están:

  • Escribir todos los días, al menos unos renglones. También hubo momentos en que me dije "al menos una oración", "al menos un párrafo", "al menos una página, aunque después no sirva para nada".
  • Elongar todos los días al menos diez minutos para llegar en danza a abrirme de piernas o tener lindos battemets. 
  • Armar un blog con una amiga de la facu para escribir crónicas de la ciudad, al menos una o dos todos los meses.
  • Mientras fui estudiante, arrancar a estudiar en enero para rendir dos o tres materias en febrero/marzo.
  • Escribir un libro experimental y presentarlo en alguna edición de la Feria del Libro Independiente y Autogestiva que se hace en la ciudad. 
  • Aprender sobre cómo se hace de verdad el trabajo de Community Manager, perfeccionarme en eso y ponerme a encontrarle la vuelta para que sea mi trabajo, al menos por un tiempo.
  • Empezar cine.
  • Mejorar mi nivel de danza para entrar al Colón (era pequeña e ingenua en la época en la que quería eso).
  • Armar algún emprendimiento para obtener ingresos extras: hacer cajitas en decoupage, imanes con frases célebres o positivas, calcos y vinilos decorativos, y un largo etcétera que fue cambiando con el tiempo.
  • Armar una página tipo agenda cultural con unas amigas.
  • Encargarme de la comunicación estratégica para promocionar el negocio de Sis y el de un amigo on y offline.

De más está decir que no cumplí con ninguno de ellos y que aunque empezaba entusiasmada (si es que empezaba) al poco tiempo abandonaba. Además tengo dos fanfictions que realmente me gustan sin terminar, abandonados después de 7 u 8 capítulos, una tesina (a medio camino) que me llevó casi dos años empezar a hacer, una novela abandonada en su página 60, montones de historias empezadas y archivadas en un armario...

Y así con todo. 

Soy una entusiasta de empezar cosas nuevas, una convencida de que trabajando un poquito todos los días las cosas se logran (como le dije más de una vez a mi mejor amiga: "si te ponés y estudiás con constancia, es inevitable que te recibas"), tengo una cabeza que no para de pensar en cosas nuevas para hacer pero siempre termino abandonando. Pareciera que eso es lo que hago.

Y me molesta terriblemente.

Por eso me asusta un poco cada vez que me doy cuenta que llevo mucho sin pasar por el blog, porque no quiero que sea otra cosa más de la que me aburrí enseguida y abandoné. Creo que está bien darnos cuenta que algo no es para nosotros y dejarlo, pero abandonar por hastío o porque dejamos ir la voluntad necesaria para perseverar en algo no me parece una buena cualidad y me molesta y me angustia.

(Por si alguien leyó la nota de la Revista Nueva y se lo está preguntando: hice el test para deterninar cuánto es mi determinación, y de una escala del 1 al 5, siendo el 5 el máximo, me dió de resultado 2. Trsite, muy triste todo).

Por eso decidí que este año va a ser diferentetiene que ser diferente. El 2015 va a ser (tiene que ser, necesito que sea) un año de clausuras... Esa es mi determinación. Espero no fallar.

Espero no fallarme.


#45. Escribe algo en letras realmente grandes. Y escribí esto.
(Repetirlo como un mantra siempre que haga falta).


PD: Vengo bien con mi desafío de febrero de no usar el celular para chatear. Suelo dejarlo abandonado mientras estoy en mi casa, despreocupándome de él. Uso el chat de Facebook sólo cuando estoy en la compu específicamente para vagar, le mandé sms a algunas amigas para saber en qué andan y arreglar para vernos y me mantuve lejos de Whatsapp excepto por el otro día que estaba desayunando con Peque y le pedí el teléfono para intercambiar unos whatsapp con Novia porque necesitaba preguntarle algo y era más fácil así que por mensajes de texto. Fueron un par de líneas nomás, pero aún así me declaro culpable. Después de eso, todo en orden ;)

viernes, 6 de febrero de 2015

Febrero: un mes sin internet.



El calendario es implacable y enero se escapó entre mis dedos como arena a orilla del Paraná (?) y de golpe la fecha era 1ro de febrero y a mi me empezó a entrar una especie de pánico porque ya lo había dicho yo: febrero iba a ser un mes sin Internet en el celular y la idea no me convencía nada, de nada. 


La verdad es que soy digna hija de mi época: uso Whatsapp casi todo el tiempo que estoy despierta, chateo en Facebook Messeger por el teléfono (a veces incluso con la misma persona con la que estoy hablando por Whatsapp), twitteo (en no una sino dos cuentas, a veces manteniendo conversaciones con la misma persona con la que estoy chateando por Whapp y por Facebook, porque siempre se puede ser un poco más adicta), cada tanto subo fotos a Instagram, leo en Fanfiction.net (vicio, me declaro culpable), escribo en el blog (bueno, cuando escribo), y una larga lista de etcéteras. Es una locura, y tenía que parar en algún momento. Ésa era la idea del desafío, al menos.

Soy tan malísima que el solo hecho de pensar en que iba a tener que vivir un mes sin conectarme desde mi telefonito amado me hizo considerar la posibilidad de dar por perdido el reto de febrero y seguir cumpliendo el de enero nomás (con el que vengo de lo más bien incluso hasta el día de hoy) pero fui más fuerte (ok, más fuerte no, más orgullosa) y me dije “Sofía, no seas así de floja, tenés que hacerlo”

Y lo hice. Así que así está la situación hasta ahora:


29 de enero: 

(Sí, hay que arrancar por el principio)
Me salió un trabajo freelance temporal que es para hacer en Internet. Dado que no tengo computadora portátil y que no siempre tengo una máquina disponible en mi casa para usar, razono de la siguiente manera: "Mi celular es mi computadora. Ergo, no puedo darme el lujo de pasar todo febrero sin mi computadora. Pero tengo que cumplir con mi reto de febrero. Entonces, para poder hacerlo, tendría que realizar algunas modificaciones simples. El reto no es 'dejar de usar internet en el celular' sino 'dejar de chatear y estar todo el tiempo conectada en el celular'". La solución: desinstalar Whatsapp y Facebook Messeger para no tentarme; cerrar la sesión de FB y TW para que no me lluevan notificaciones cada vez que me conecto en el teléfono. Simple. Efectivo.


31 de enero:

Ya me estoy arrepintiendo. Uso Whatsapp para hablar con algunas amigas con las que no hablo de otra manera, que están lejos y con las que nunca nos vemos porque básicamente no viven acá. Encima Novia está en su casa aún y los sms nos traicionan más de una vez y no nos llegan. Y tengo un grupo de Whapp con la gente de la Compañía de danza y acrobacia de la que formo parte, en la que la mitad de los mensajes son para pasar el rato pero la otra mitad es importante. No me gusta nada, no no. 
Decido hacer lo que mejor hago: presionarme. Como ya he dicho alguna vez, la presión externa me funciona mucho muchísimo mejor que la interna, así que arranco el día publicando en FB:

Una promesa es una promesa y un desafío es un desafío.
Hoy, último día con Whatsapp y con FB Messenger en el celular. Nos vemos de nuevo en marzo.

Surtió el efecto deseado. Novia me comentó "yu can do it chicken lili!!" (no sé, es algo que ella dice en inglés fonético y que sacó de la película Chicken Little) y algunas amigas me desearon suerte y me pidieron que escriba un libro sobre mi "rehabilitación". Cuando nos vimos en el ensayo de ese día, una compañera de la Compañía me pidió que le explicara de qué le estaba hablando. Así que ya no podía renunciar.
De todas maneras casi renuncio, cuando llegada la medianoche tuve que despedirme por Whapp de Novia y de un par de amigas y apretar el botón "Desinstalar". Difícil. Muy difícil todo.

01 de febrero:
Todo tranquilo. A diferencia de todos mis días, hoy me levanté y no conecté el wifi en el teléfono. En cambio le mandé un sms de buen día a Novia que recibió perfectamente y que me contestó; intercambiamos un par de mensajes y después cada cual siguió con sus cosas. 
Es domingo y a la tarde trabajé en el club. Pensé que iba a necesitar de Internet para chatear y entretenerme pero en cambio trabajé (digo, además de en el club, en los ratos libres adelanté trabajo para mi nuevo empleo freelance del que ya hablaré) y socialicé con gente real. Así que creo que fue un buen día. 

02 de febrero:
Sin sobresaltos. A la noche me llegó un sms de mi Mejor Amiga (Ami, de acá en adelante, porque es más corto y después de todo es como le digo) para avisarme que dos amigas nuestras se habían recibido. Así que ahí nomás aproveché que estaba en la compu y las felicité por Facebook. Ahora que lo pienso podría haberles mandando un mensaje de texto pero en el momento no se me ocurrió. Supongo que todavía no incorporo del todo que hay modos de comunicarse que no dependen de Internet. 

03 de febrero:
Mi hermana estaba de viaje desde fines de enero y le escribí para preguntarle si estaba volviendo a Rosario ya. Me dijo que sí, que ya estaba en el colectivo camino a casa, y añadió "¡Esto de que no tengas Whastapp! Ya les había avisado a Nana y a Mamá que estoy volviendo". Cosas que pueden pasar. 

04 de febrero:
Llegó Novia a Rosario desde su casa a miles de kilómetros de la mía, así que pasé todo el día con ella. De más está decir que mi última preocupación en el mundo era mi abstinencia de Whatsapp. A mi casa me comuniqué por mensaje de texto y hasta llamé a mi hermana por teléfono, cosa que no hacía hacía montón de tiempo. Con Novia salimos a pasear y ni me molesté en llevarme el celular; si alguien me escribía, seguro podía esperar.

05 de febrero:
Estoy empezando a darme cuenta que hace demasiados días que no hablo con algunas amigas. Me preocupa que sin Whatsapp vayamos a perdernos. Encima de todo: mi empresa de telefonia celular se rie de mi y de alguna manera conseguí quedarme sin crédito apenas quince días después de que me pongan el abono. Supongo que fue por la cantidad de mensajes que intercambiamos con Novia (la mitad de los cuales nunca le llegaron; es para llorar). Menos mal que a los celulares de Rosario les escribo gratis (bueno, algo bueno tenía que tener mi plan de teléfono) y que Novia tiene Personal, así que puedo escribirle por Internet. 


06 de febrero:
Retomé mis clases de jazz. Llegué al Estudio y estaba cerrado con candado, sólo una chica afuera, y empecé a temer que hayan avisado por Whatsapp que no había clases. Por suerte fue falsa alarma. Le mandé mensaje de texto a dos amigas de esas que hace mucho con las que no hablo. 

En líneas generales, mi primera semana viene pasando bien, sin grandes sobresaltos. Extraño un poco colgarme twitteando con algunas amigas o hablar pavadas por Whatsapp como si estuviese con mis amigas aunque estemos a kilómetros de distancia, pero la tranquilidad que siento de poder dejar el teléfono en mi pieza y cuando vuelvo no encontrarme con montones de notificaciones es muy genial. Por momentos me pregunto si me estaré perdiendo de mucho pero quiero creer que si pasa algo importante me lo van a contar, y además el trabajo no me está dejando mucho tiempo para pensar en esas cosas. De todas formas, los mantendré informados de cualquier sobresalto digno de destacarse, como por ejemplo, si siento que estoy muriendo sin el chat de Facebook y en un ataque de locura vuelvo a instalarlo o algo así. 


Y para terminar, una reflexión que no tiene nada que ver con nada pero que me pareció apropiada:





¡Buen viernes gente!