domingo, 7 de agosto de 2016

Silencios



En el silencio de la noche se van durmiendo mis sentidos hasta que sólo me reconozco en los latidos de mi corazón.

Pulso
pausa 
pulso 
pausa

un millar de pequeñas muertes insignificantes para recordarnos a cada instante que seguimos vivos.
Siento correr la sangre por mis venas y dejo que me llene como una música intracelular, como una nana.

No quiero hacerlo pero por algún motivo pienso en vos.

"Abrir las puertas de la jaula" leo, y a mi derecha se ríe un demonio con voz de ángel.
No lo hago porque de la jaula saldrían todas las palabras a las que les temo con una irracionalidad de niña.
Aunque los conozco bien
mis monstruos no tienen nombre.
Me niego a designarlos, como si negarles el nombre propio les negara esa existencia que es más palpable y más fría en las noches de tormenta. Y sin embargo nada más falso, si me habitan subrepticiamente desde el inicio de mis días, o desde que llegaste, que es otra manera de decir lo mismo.

Sos, sin haberlo querido, el inicio de todas las cosas.

Quiero acallar las voces de mi cabeza y en un movimiento contradictorio hago de cuenta que no sé que la única manera de hacerlo es vomitarlas en torrentes turbios y desordenados y que se desparramen como olas por el mar traicioneramente quieto que me rodea.
Pero tengo la piel delgada y las olas podrían barrerlo todo.
Por eso temo (callo)
(con una cobardía de la que no me atrevo a despojarme).

¿A qué le tenés miedo? me preguntás con la mirada.
Creo que a quedar desnuda después de tantos años de corazas y máscaras, como si eso fuese terrible de algún modo, o como si el acto de desnudarme el alma de mí misma, me desapareciera a mí también,
pero la verdad más sincera es que no sé.

Quisiera hacerme poesía para sublimar en ella todo lo que me vibra oscuramente dentro.
Pero sé muy bien que la poesía sería otra forma de rodeo, otra evasión.

"Abrir las puertas de la jaula" leo, y a mi derecha ríe un demonio con voz de ángel.
A veces el invierno es una estación tan cruel.

(En realidad estoy pidiendo que abras la jaula vos
que preguntes
y que me escuches en el silencio de todo lo que no digo).



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