lunes, 10 de agosto de 2015

Valiente




Alguien que quiero mucho tomó una decisión impulsiva para salir de una situación en la que ya no soportaba estar. Era algo que desde hacía mucho sentía que iba a pasar, algo que dentro suyo sabía que iba a tener que hacer, y que quizás (el tiempo lo dirá) sea irreversible. 
Yo desde mi casa y ella desde la suya, sintiéndome totalmente inútil y sabiendo lo mucho que la angustiaba lo que estaba viviendo, le mandé un audio de whatsapp porque no hay palabra escrita que se compare con escuchar una voz amiga. Le dije algunas cosas, entre ellas que era valiente y que estaba para lo que necesitara, cosa que ya sabe pero que nunca está de más.
Y su respuesta me dejó pensando.
"No soy valiente. 
Tengo tanto miedo"

Las decisiones difíciles que tomamos; las cosas que hacemos cuando nos sentimos en una situación límite; los saltos al vacío, ¿son cuestión de valentía? Ella me decía que no.

Pero yo creo que sí. Todos nos encontramos alguna vez en esa situación donde parece que nada da para más y sin embargo seguimos tirando, esperando, soportando, resignando, porque por muy pésimo que sea todo, al menos es conocido, aunque sea es seguro. Y no nos damos cuenta (o a veces sí, pero hacemos como que no) que, como una vez dijo alguien hablando completamente de otro asunto, "entre la espada y la pared, siempre se puede elegir la espada"

Y para eso hay que ser valiente. Aunque cuando actuemos nos sintamos cualquier cosa menos eso, aunque en realidad estemos muertos de miedo. Porque desprenderse de las seguridades que uno tiene, por muy ficticias o apresantes o hirientes que sean, requiere de mucho valor. Si no fuera así, todos seríamos libres y felices y estaríamos todo el tiempo exactamente en el lugar en que queremos estar. 

Dejar una carrera, empezar otra, elegir ser artista, requiere valor. Arrancar un negocio cuando no están dadas todas las condiciones (¿pero cuándo lo están?), requiere valor. Irse a vivir a otra ciudad, con ahorros (o a veces incluso sin ellos) pero sin trabajo, para intentar encontrar eso que acá nos falta. Salir a recorrer el mundo sin más plan que ese. Elegir estar con la persona que uno ama aunque muchos no entiendan y muchos otros no acepten. Separarse de esa persona con la que uno creció, construyó su vida, formó su familia y proyectó su futuro. Irse de la casa empujada por la sensación de asfixia culpa de una familia intolerante. Renunciar a un trabajo opresivo o que nos llena de frustraciones sin saber bien qué se hará a continuación. Cambiar, requiere valor.

Quisiera tener una frase linda con la que terminar este texto pero no la tengo. En realidad es sólo mi manera de decirte: "Ami linda, no importa lo que vos pienses de vos. Te juro y te recontra juro que sos valiente y mucho más fuerte de lo que pensás de vos. Y vas a estar bien, porque si todavía no lo estás, es que todavía no llegaste al final del camino. Te adoro con el alma y más (pero eso, como siempre, ya lo sabés)"


"Blackbird fly,
blackbird fly,
into the light of the dark black night"

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