¿Y si me das todos tus miedos a cambio de un puñado de caramelos de colores y los metemos en una cajita y los dejamos en el río para que se los lleve la corriente?
¿Y si vos me sacás los míos cuando yo no estoy mirando y los soplas junto con los dientes de león que recogimos en la orilla?
Si derrumbamos muros y tendemos puentes y dejamos que sean otros los que paseen con máscaras. Si hablamos a corazón abierto y nos mostramos las heridas para secarlas al sol y dejar que cicatricen.
¿Y si vamos a contramano del mundo?
Alquilamos cuando nos dicen que hay que comprar, gastamos cuando nos piden que ahorremos.
Si preferimos gastar el dinero en libros antes que en ropa, en golosinas antes que en barritas light, en sánwiches para comer en el parque en lugar de en cenas caras. Si nos deshacemos de las cosas cuando otros amontonan, si seguimos dejándonos llevar por la curiosidad cuando otros amonestan a los que no toman en serio las responsabilidades sin darse cuenta que su manera no es la única de tomarse en serio la vida. Si vivimos ahora cuando el resto planifica el futuro, o si en realidad pensamos el futuro pero de a momentos vividos hoy más que de a saltos en un tiempo indescifrable.
¿Si juntamos nuestras cosas y nos vamos lejos de las raíces? ¿Si partir resulta ser una forma de volver a ellas?
Si señalamos un lugar en el mapa, el que sea, y partimos hacia allá con las valijas llenas de pocas cosas pero de mucho amor. Si preferimos el cielo de estrellas antes que las luces de la gran ciudad. Si tenemos la casa con patio, los dos gatos, el perro, el cobayo, la tortuga, las bicicletas, las plantas en macetas de colores. Si cuando nos cansamos de todo cargamos a los bichos y vemos a dónde ir después.
Si encontramos un lugar donde haya cabritas en el jardín revolucionándolo todo y un arroyo que pase justo detrás del terreno, entre la casa y la montaña. Si decidimos que cambiaríamos cualquier cosa por un día más con los pies descalzos a orillas de un lago.
¿Si nos adentramos en el bosque?
Si trabajamos desde cualquier lado y con lo que haya a mano, si nos abrimos caminos, si probamos. Si atendemos bares, diseñamos, cosemos cuadernos, cocinamos, hacemos trencitas, pintamos, redactamos noticias, escribimos cuentos, damos clases, enseñamos, aprendemos.
Si atravesar el día con una sonrisa cuenta mucho más que un sueldo a cambio de 9 hs. de esclavitud.
¿Y si entre tantas cosas que son fijas dejamos que nos lleve el viento y nos hacemos cambio?
1 comentario:
Interesante! Los famosos "y si..." que a veces nos hacen soñar despiertos y, en otros casos como´éste, nos permiten ver otros mundos posibles. Por cierto, el título del blog me ha recordado a esta entra sobre la felicidad de las pequeñas cosas http://soldaditomarinero.com/a-que-sabe-la-felicidad/
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